mercredi 23 avril 2008

Justo empate y todo para la vuelta

El ridículo final con el gol en propia puerta de Riise ha llevado a algunos a concluir que el resultado fue injusto llevados por las imágenes de la desolación que siempre inspiran sentimientos de piedad. Sin embargo el Chelsea gozo de numerosas oportunidades antes de ese gol absurdo para haber empatado y no lo hizo por precipitación y por la seriedad defensiva que caracteriza a los del Mersey.

El Liverpool no estuvo muy fino en ataque, demasiado pendiente por guardar la posición. La prueba mas evidente de lo anterior es la poca presencia de los dos delanteros: A Kuyt solo lo vimos en el gol y a Torres en un par de ocasiones marradas por nerviosismo recordándonos al Torres que se enfrentaba al Real Madrid con la camiseta rojiblanca de su antiguo equipo.

El Chelsea, que se iba a ir con la moral por los suelos hasta la aparición de Riise, salió dominante hasta el gol cuando se desinfló pero remontó el vuelo en el segundo tiempo con Lampard y Malouda como gestores del mediocampo pero sin tener éxito debido al exceso de nervios. En este periodo tuvo el Liverpool aumentar su diferencia, sobre todo por el buen hacer del mejor mediocampista del mundo, Steve Gerrard y de un Babel muy inspirado que fue sustituido por Beanyoun en el minuto 76 justo cuando estaba acosando el marco de Cech de manera más peligrosa. Uno de esos movimientos que solo entienden los entrenadores y que son incomprensibles desde la grada.

Aunque mi favorito sigue siendo el Liverpool, yo creía que la eliminatoria iba a estar franca tras el partido en Anfield como hubiera podido ser de no ser por las dos paradas de Cech que dejan más opciones que nunca a los blues para sobreponerse al fantasma que les acosas en los últimos años: perder en semifinales con el Liverpool

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