Pipo campeón

Curioso lo del Valencia. Un equipo sumido en la más absoluta de las desgracias. En el equipo ché poco importan los resultados: campeón de liga, lios; subcampeón de Europa, líos; en peligro de descenso, líos pero además campeón de copa. La capacidad de embrollo de jugadores, entrenadores, directivos y sobre todo afición, de las más exigentes de España, no tiene parangón.

Desde que la directiva decidió apartar a los jefes del vestuario del equipo, con juicio ganado a favor para escaldar a cierto tipo de futbolita que gana más en los vestuarios que en el verd, y con la aportación de un Koeman antipático desde tiempos lejanos el Valencia no daba una a derechas. Sólo ha ganado e holandes 5 partidos desde diciembre, pero ahí está campeón de copa, un torneo más para las vitrinas naranjas en un año horrible. Dentro de diez años la gente no se acordará de Cañizares o Albelda, o del humillante deambular de jugadores, se acordará de un jugadorazo maltratado por las lesiones que les dió un título con dos partidos magníficos: la vuelta de semifinales y la final: Rubén Baraja, un atlético grande que no se arruga nunca y que, al cien por cien físicamente, compite por el título de mejor centrocampista del país. Bien vuelto Pipo.